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Las esculturas del monumento que rinde homenaje a las fiestas de Moros y Cristianos y al pasado medieval de la ciudad han regresado a la Plaza del Arco de Caravaca de la Cruz tras someterse a un proceso de restauración llevado a cabo por una empresa especializada en piezas de bronce.
Los trabajos han consistido en la limpieza en profundidad del patinado y de la oxidación que presentaba el conjunto escultórico, así como en la reparación de los resquebrajamientos y zonas deterioradas presentaba. Otras tareas han sido la recuperación y unificación del color original, así como la instalación de un nuevo herraje de fijación.
De forma paralela a la restauración de las esculturas del Moro y el Cristiano, el Ayuntamiento ha sustituido la peana de las imágenes por otra de piedra natural más acorde con el entorno del casco histórico en el que se encuentra. Esta nueva base se ha realizado en bloques macizos de piedra caliza en tonos rojos y gris Cehegín, recodando a la peana original y a los materiales que también se encuentran en la propia Plaza del Arco así como en los portones del edificio del Ayuntamiento. Con estos materiales se dignifica el monumento y el espacio público circundante.
Además, se ha elaborado en bronce la placa que conmemora la declaración de las Fiestas de Caravaca a de la Cruz de Interés Turístico Internacional, anteriormente de resina y muy deteriorada. Igualmente se va renovar la placa original de colocación del monumento, inaugurado en 1985, obra del escultor valenciano afincado por aquellos años en Caravaca, Rafael Pi Belda.
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