• 31
  Ago

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• Etiquetas: campaña, fruta, noroeste
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Más de un millón de kilos de peras se acumulan en el suelo de Barranda. Es solo un ejemplo de la ruinosa campaña provocada por las inclemencias meteorológicas.

Las heladas del mes de marzo y el granizo de finales de mayo han «tocado» y «hundido» frutales como el albaricoque, el melocotón o el paraguayo en muchas de las pedanías de Caravaca de la Cruz.

Por si fuera poco, el precio que estos agricultores reciben por sus cosechas hace que ni siquiera merezca la pena la recolección.

Con esta situación se pierden puestos de trabajo y la falta de rentabilidad también complica el relevo generacional.

Estos agricultores cada suman más complicaciones a su labor y muchos de ellos, incluso, están optando por arrancar la arboleda de fincas completas.