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Con el ritmo actual no es raro que los problemas de estrés y ansiedad se encuentren a la orden del día. Unos trastornos que pueden iniciarse de muchas maneras, también a la hora de la conducción. Y es que el miedo a conducir tiene nombre y se llama amaxofobia. Una patología que pueden presentarse sin necesidad de haber sufrido un accidente de tráfico, sino que se puede sentir simplemente inseguridad al volante o miedo a provocar un siniestro.
El perfil afectado incluye tanto a hombres como mujeres, el margen de variación entre sexos es de apenas un 10%. Eso sí, son aquellos conductores con personalidad ansiosa y tendencia a ver todo como una posible amenaza o riesgo, los más propensos a padecer esta fobia. Su tratamiento requiere ponerse en manos de un profesional, acudir al psicólogo o a una autoescuela e iniciar el nuevo proceso de aprendizaje trabajando desde esa base de los problemas de ansiedad.
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