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Debido al cambio climático se espera que la frecuencia con la que se producen las olas de calor se intensifiquen en un futuro. Una situación que conlleva que cada vez más animales de ganadería estén bajo estrés por calor. Entre el ganado que más lo sufre se encuentra el porcino o el vacuno, en menor medida lo sufre ese otro ganado ovino y caprino. No obstante, con estos últimos animales, abundantes en explotaciones del Noroeste, los ganaderos no escatiman en cuidados para evitar que puedan sufrir cuando el mercurio se dispara. En jornadas como hoy se evita su desplazo y transporte, además de que puedan ejercer cualquier actividad física en las horas más calurosas, dejando dichas tareas para las primeras horas de la mañana o al atardecer. Extremo cuidado también se tiene con su ingesta de agua, la ventilación de las naves donde se encuentran o las zonas de sombraje, mientras que el consumo de forrajes de baja calidad se cambia por el de cereales para evitarles realizar un esfuerzo mayor de la cuenta que favorezcan la producción de calor en estos animales.
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