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Entre 4 y siete semanas dura el periodo canicular, cuyo nombre deriva de los canes o perros.
Una época tórrida que afecta más a estos animales que a las personas sobre todo si hablamos de razas grandes o braquicéfalos como el bulldog inglés o el francés.
Cuando las temperaturas son extremas, además de una deshidratación severa, los perros corren un grave peligro de sufrir un golpe de calor.
Para evitarlo, hay que sacarlos en las horas más frescas, ir siempre por la sombra para evitar que se quemen con el suelo, reducir la cantidad de ejercicio y facilitar que el animal tenga un bebedero siempre cerca.
Jamás debemos dejarlos encerrados en el coche y aunque suene paradójico, los cortes de pelo tampoco ayudan, ya que el pelo les protege y les aísla de las altas temperaturas.
Solo así conseguiremos que sobrevivan a esta canícula, el periodo más caluroso del año que puede convertirse en uno de los peores enemigos de nuestra mascota.
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