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El Museo de Arte Sacro de la Vera Cruz cuenta con una nueva pieza en sus vitrinas; se trata de una Cruz Relicario de mediados del siglo XVII (1662), propiedad de Caridad Melgarejo Armada y cedida con carácter temporal a la Real e Ilustre Cofradía de la Stma. y Vera Cruz de Caravaca para su exposición en el citado museo.
El hermano mayor ha explicado que se tuvo conocimiento de la pieza hace aproximadamente un año cuando unos joyeros de Barcelona comunicaron la existencia de un relicario que se encontraba localizado en Zamora y que estaba a la venta por parte de un anticuario. “Cofradía buscó el asesoramiento de expertos en la materia; historiadores e investigadores, para verificar y datar fielmente la importancia histórica de este relicario. Cuando se autentifica que nos encontramos ante una pieza de importantísima valía se comienza a gestionar la posibilidad de su adquisición”, ha relatado Luis Melgarejo.
Es cuando se plantea la adquisición de la pieza cuando la actual camarera de la Cruz, miembro de la Junta Representativa de la Cofradía, muestra su predisposición a adquirirla y cederla con carácter temporal para su exposición de manera permanente en el Museo de la Vera Cruz.
Caridad Melgarejo explicaba el orgullo que sentía de poder seguir colaborando con la Cofradía de la Vera Cruz; reforzando así una vinculación, la de su familia con la institución religiosa, que se remonta al periodo en el que su bisabuelo José Tomás, ostentó el cargo de hermano mayor, en 1864, manteniéndose en este durante 21 años. Posteriormente, ha recordado, su abuelo, Ramón Melgarejo Vaillant fue también hermano mayor durante dos períodos temporales (1925-29 y 1931-33). También su padre, Ramón Melgarejo estuvo al frente de la institución religiosa entre los años 1957-1959.
El director de los Museos de Caravaca, Indalecio Pozo ha expuesto durante la presentación de la pieza, que desde el primer momento tuvo claro que se trataba de una cruz importante. “Es la única, hasta el momento, que tiene una fecha concreta con sus cuatro dígitos”.
Se trata de una cruz de doble hoja, formada por dos piezas unidas. La cara principal representa la misa de aparición de la Cruz de Caravaca, junto a ella dos ángeles la descienden sobre la figura del clérigo situado en la traversa mayor. En los extremos del brazo mayor aparecen representadas dos figuras, el rey y la reina musulmana y dos personajes en pequeño que podrían ser los sirvientes”. Esta representación iconográfica de la misa de la Aparición es la propia de Caravaca, es la que va a distinguir las cruces de Caravaca y las que podrían ser o no de Caravaca.
La hoja calada está formada por 8 receptáculos de formas diversas, que conservan los cristales y dentro del relicario hay varias reliquias de san Cosme y san Damián.
En el contorno de la Cruz se puede leer “Está tocada a la Cruz de Caravaca”.
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