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Desde las asociaciones protectoras de la zona como Econciencia remarcan que la situación es insostenible. En los últimos dos meses llevan atendidos una media de 40 casos. Cifras que, aseguran, hay que triplicar. A esa cantidad hay que sumarle, además, todas esas mascotas abandonadas que aún permanecen en la calle, aquellos canes que los particulares acogen en casa, y los casos que desconocen.
Y es que a la práctica última del abandono con correa en la puerta de la residencia de ese vecino o conocido que tiene mascota y cumple con la tenencia responsable de animales, se suma, ahora, el lanzamiento de cachorros al interior de vallados de viviendas en zonas rurales… con el consecuente resultado de canes muertos y heridos. Una lacra que va más allá, y que recientemente llega también hasta la puerta de negocios de la zona con notas como : «Me los encontré abandonados».
En esta línea, desde el consistorio caravaqueño ya se ha lanzado la campaña ‘No soy un juguete’ con el fin de fomentar la concienciación sobre la responsabilidad que conlleva tener una mascota.
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