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Los meses de bajas temperaturas coinciden con los de mayor número de víctimas por incendios en el hogar. Casi un 40 % de los fuegos domésticos con fallecidos, tienen su origen en los aparatos productores de calor.
Estufas, calefactores, radiadores o braseros son algunos de los métodos más utilizados para combatir el frío, pero en algunas ocasiones representan un auténtico peligro. Para evitarlo, antes del comienzo del invierno, es importante revisar que tanto el aparato como las instalaciones y cables se encuentran en perfecto estado. Su mantenimiento también será necesario, ya que la suciedad y la acumulación de residuos sobre todo en braseros produce una mala combustión que puede generar grandes cantidades de monóxido de carbono, el ‘culpable’ de la conocida como ‘muerte dulce’.
En el baño, los calentadores deben estar, como mínimo, a un perímetro de 1 metro de la ducha o bañera y también debemos prestar especial atención para evitar el contacto de ropa o tela con alguno de estos aparatos.
Los cuerpos de seguridad también recomiendan la instalación de un detector de humos en el hogar y la utilización de un extintor si fuese necesario. Aún así, ante la presencia de cualquier situación de riesgo lo esencial es llamar de inmediato al 112 del Centro de Coordinación de Emergencias.
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